Hacía mucho tiempo que no me invitaban a cenar fuera de casa para estas ocaciones. Una tia de mi esposa no llamó temprano para que fueramos a cenar con ellos ya que estaban solos y que aparentemente querian compañía. Llegamos en buen momento, la cena estaba lista, esperabamos por una prima de Yanet que aun no salía del baño. Luego de un rato apareció la prima y nos sentamos todos en la mesa, salvo la tia de Yanet que tuvo que quedarse con Gael en brazos, para que no fuera a tirar toda la cena para abajo.
Había todo lo necesario en una cena de este tipo, pastas, pollo, pavo, moro (muy bueno que estaba) ensaladas, telera, etc. No comí mucho, pues a mi de ver tanta comida junta se me quita el apetito. Terminamos de cenar, nos comimos unas uvas y manzanas luego, con sus respectivas gomitas de diferentes sabores. Estaba timbí de la jartura, no aguantaba ni una pasa más.
Al poco rato después, la tia decide destapar de un roscazo un vino, que para mi sorpresa era un moscatel Caballo Blanco, diablos cuanto tiempo!! dije, me buscó un vasito y a beber moscatel. Mientras lo tomaba, recordaba cosas de mi niñez, cuando en aquella época, se nos daba cierta libertad para beber. El 24 era el diía de todos los carajitos ajumarse, claro porque uno con 2 ó 3 vasitos de vino ya estaba hablando muchisimas mierdas, privando en hombresitos....ahora las cosas han cambiado y ya todos sabemos como son.
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